miércoles, 3 de junio de 2015

Usted preguntará por qué matamos

Usted debiera preguntar por qué LAS matamos. ¿Será que las matamos porque las amamos? ¿Será que las amamos? ¿Será que las matamos porque nos pertenecen? Porque nos las ganamos. Las matamos porque no podemos callarlas, porque no podemos atarlas. Las matamos por fuera, porque no podemos matarlas por dentro.
Y porque aprendimos que podemos matarlas, porque aprendimos que son princesas y nosotros somos machos, porque de chiquitos nos vestimos de azul y no de rosa, porque jugamos a la guerra y no a las muñecas, porque papá nos llevó de putas a los 14, pero no la dejó salir hasta los 18.
#NiUnaMenos por todas partes, muy pocos #NiUnoMás. Usted debiera preguntarse si los femicidios son casos aislados, si se trata de que a alguno "se le fue la mano", usted debiera preguntarse, mientras se saca la foto con el cartelito, si acaso usted mismo no LAS mata, todos los días, a toda hora. 277 femicidios en el último año en el país, 1 cada 30 horas. ¿Le parece que son casos aislados? ¿O más bien tiene pinta se sistemático? Para que no haya #NiUnaMenos, no debe haber #NiUnoMás.
Las matamos silenciosamente, las matamos con "un piropo", las matamos con el grito, las matamos ignorándolas, las matamos con la soberbia y la autoridad, las matamos con nuestros gestos, con cada comentario de su vestimenta, de su conducta, de sus amigas, de sus amigos, las matamos de terror. Las matamos un poquito cada día, hasta que se mueren bien muertas. Las matamos porque vale.
"La sangre se secó en el pavimento y el que olvida también mata nuevamente su recuerdo"
 ¿Y usted preguntará por qué las matamos? LAS MATAMOS POR SER MUJERES.

jueves, 26 de febrero de 2015

El elegido

Durante el último mes, la política-mediática ha sido casi monopolizada por el caso Nisman y todas sus aristas -las importantes y las banales-. Incluso esta obsesión de los medios dominantes sobrevivió a los desastres naturales que en cualquier otro momento hubieran sido tapa, como las inundaciones en Córdoba o el incendio en Chubut. Más allá del clima desestabilizante que buscan generar -sembrando sospechas de asesinato oficial y promoviendo una movilización que la oposición política no hubiera podido nunca llevar adelante con éxito-, omiten, algo que pareciera viene cocinándose en las sombras y que oficiaría de Plan A.
Fue también durante el último mes, que el revuelo electoral opositor ha experimentado giros bruscos que los medios del establishment han decidido minimizar en su impacto. El acuerdo de Carrió para participar en las PASO junto a Mauricio Macri, el coqueteo de varios intendentes otrora Massistas y hoy casi asumidos junto al PRO, el anuncio de Reuteman de acompañar al "Neo Peronista" Mauricio en Santa Fé han sido movimientos, quizás sorpresivos, pero sin tanto revuelo en la escena política, al menos comparado a lo que podemos llegar a escuchar en el corto plazo.
De Carrió no vale ni gastar ésta línea en un análisis (al menos sobre el impacto mediático, ya que nos ha desbordado la capacidad de asombro a todos en reiteradas ocasiones), lo de Lole sorprendió, pero sin duda lo más llamativo es el movimiento por abajo que se respira en el aire, el de esos personajes que prefieren no aparecer en las tapas de los diarios pero que hace años -o décadas- acumulan algún nicho de poder para nada despreciable en los rincones del siempre sospechado "conurbano". Sin embargo, el revuelo político en los ríos opositores podrían llegar en el corto plazo de la mano del histórico partido Radical o del candidato estrella Sergio Massa, que viene mermando su caudal de intención de voto ligeramente pero de forma constante.

El Elegido.


Pareciera desprenderse de esta lectura que los poderes económicos y la embajada norteamericana ya eligieron su candidato y que, audazmente jugarán todas las fichas en él y en un armado tan amplio que sólo resiste un único punto de acuerdo, pero suficiente: "el Anti-Kirchnerismo". Mauricio Macri parece tener la venia del imperio para ser el candidato a Presidente y ordenar detrás de su figura, absolutamente todo lo que pueda, en las gobernaciones, en los cargos legislativos y hasta en las intendencias. De algún modo, los poderes se habrán cansado de la desprolijidad de la oposición de cabotaje y habrán decidido jugar en lo fino de la política doméstica, porque en realidad, ya todos sabemos que a nivel presidencial, la política doméstica no existe y lo que está juego, supera incluso a nuestra propia Nación.
Como quedó evidenciado con el avance de los Fondos buitres y la operación de la muerte de Nisman, el imperio se cansó de esperar que Argentina deje de jugar al populismo y vuelva a las filas de las relaciones carnales que supimos conseguir. El Gobierno tomó una decisión Geopolítica clara e imperdonable: abonar y aportar a la idea de un mundo multipolar (en lugar del unipolar que propone EEUU) y apostar fuerte en acuerdos estratégicos claves con China y Rusia, además de la política de integración latinoamericana que lleva adelante desde el No al ALCA, que este año cumplirá su primer década-aniversario. Tal decisión, quizás tenga su bisagra, como hecho concreto, en el acuerdo del Memorándum de entendimiento con Irán.

Los desafíos del imperio

Los desafíos más grandes que tienen hoy los poderes será poder subir (de cualquier forma) a la UCR y a Sergio Massa en este tren al pasado. En el primer caso contará con la resistencia de gran parte de la militancia radical, que lejos se encuentra de coincidir ideológicamente con la línea política planteada y más aún, con el candidato visible. La UCR ha cometido grandes errores políticos que le han costado muy caro, pero siempre su militancia de base ha tenido gran peso en las decisiones que puedan tomar su dirigentes. Por lo tanto, habrá que ver si Sanz o Cobos pueden convencer al partido, sin daños irreparables, de que éste es el camino a seguir si no quieren ver pasar la elección más importante del último tiempo en un tercer lugar bien cómodo y al lado de la historia. Por otro lado, el fuerte de la UCR, los intendentes de cientos de distritos, podrían rebelarse y jugar la propia, desglosando el arrastre nacional.
En el caso del niño estrella, lo que enfrenta el imperio no son sus bases, ni su democracia interna, sino el para nada despreciable ego del intendente de Tigre. De repente, Sergio Massa se habrá enterado que no fue el elegido, a pesar de ser el opositor que mejor mide -hasta ahora- para ganarle la presidencia al FPV en una segunda vuelta electoral. Massa cuenta con un voto peronista que Mauricio no ganará jamás, sin embargo, también es el más vulnerable a las presiones, ya que "nosotros te creamos, nosotros te podemos destruir". Así, el intendente de la cantera de la UCD que visitaba asiduamente la Embajada Norteamericana para seguir instrucciones e informar de los planes del Gobierno (cuando aún formaba parte de él) y que contó con el infinito favor de los medios para construir su candidatura, deberá decidir si juega con lo propio -que es mucho- y desobedece a los patrones o al menos los desafía, seguro de poder demostrar en las PASO su capacidad de cumplirles.

Los riesgos del imperio

Las visitas del reciente confirmado embajador norteamericano Noah Mamet a los candidatos opositores (o que le sean útiles, como Daniel Scioli) tendrían como misión encolumnar al anti-kirchnerismo con presiones o favores, según corresponda el caso. Así, a Sergio Massa no se lo vió muy contento al término de su reunión de 2 horas con el embajador el 6 de febrero pasado. Una vez más, la principal potencia mundial corre el riesgo de haber creado monstruos que es incapaz de controlar, como ya le ha pasado más de una vez, poniendo en peligro un plan que ahora sí, le resulta muy importante: terminar de raíz y a fondo con la simbólica continuidad del proyecto de país y tablero mundial que abona el Kirchnerismo. Sabe que 4 años más -con un posible autoabastecimiento energético y favorables repercusiones en el plano Latinoamericano y Mundial- sí resultaría muy molesto para sus planes para la región y el mundo. Sergio Massa a la vez, debe decidir si relegar su orgullo y aceptar la decisión de sus mentores o arriesgarse a probar cuántos votos y apoyos le quedarían si no cuenta con el respaldo "oficial" y los favores del poder económico y sus medios masivos de comunicación.