Buscando esta entrada -nota que escribí para la extrañada revista Ornitorrinco en marzo de 2011- noté que... definitivamente nunca la había subido al Blog. Así que tarde, pero oportunamente, pago la deuda.
Acorde al crecimiento exponencial de los lectores de Ornitorrinco, el crecimiento institucional pareciera no tener techo. Así, es que la comisión directiva de nuestro multimedios decidió necesario contar con un enviado especial a Montevideo para cubrir durante tres días, quizás, la más popular de las expresiones culturales de nuestra América bonita, el carnaval Montevideano.
Es en este marco, que quien teclea desde este lado del monitor arriba a la hermana provincia de Uruguay. Tras gambetear olímpicamente los controles de la aduana y los dragones fosforescentes que Botnia produce a diario en las orillas del Río Uruguay, entre Fray Bentos y Gualeguaychú, logra alojarse en el lujoso Hotel 5 estrellas Moserrat en Montevideo donde lo reciben los representantes de “Ornitorrinco, otra revista desarticulada, pero del otro lado del charco”.
Muchas veces nos habremos preguntado si la “cultura popular” está destinada a ser intangible. ¿Cómo se mide? ¿Cómo se determina qué es más popular culturalmente? ¿Tiene sentido medir o comparar? En general nos hemos acostumbrado a clasificar eventos, productos o servicios dentro de la categoría cultura popular. Aunque para este especializado periodista, enviado especial a Montevideo, la palabra popular acompaña implícitamente a la palabra cultura, porque al fin y al cabo, la cultura no es más que la expresión de los pueblos durante siglos y siglos, si hay una expresión culturalmente popular, sin dudas, es el carnaval Montevideano.
Tres noches de simple espectador, bastaron para escuchar la voz del pueblo charrúa entero, bastaron para verse involucrado en los serios problemas que enfrentan, para sacar pecho sobrante con cada orgullo nacional o para perderse en una risa profunda con lo que el pueblo se divierte. Sin que nadie necesite explicar nada, los artistas logran mediante impresionantes puestas en escenas teatrales; escalofriantes voces cantantes; escenografías y vestuarios que resultan no menos que un festival para cualquier ojo y profunda y perfecta poesía barrial, hacerlo sentir a uno, aunque sea extranjero, parte orgullosa del pueblo uruguayo.
La costumbre del carnaval montevideano tiene su origen en Europa, el carnaval de Cádiz es quizás el más referenciado por los orientales y en la hermana república latinoamericana tiene más de un siglo de existencia, incluso Murgas como Curtidores de hongos, finalistas de este 2011, el año que viene cumplen 100 años de vida. Históricamente el carnaval es una actividad popular llevada adelante por las clases más bajas del pueblo y generalmente de color negro. De hecho, una de las categorías que compite es “De negros y lubolos” y hace referencia a los blancos que se disfrazaban de negros para poder participar del carnaval... ¡Guau!
Con el llegar de cada verano, se da inicio al carnaval (el más largo del mundo, dura 40 días) por medio del desfile de las agrupaciones, carrozas, reinas y decenas de miles de personas que acompañan la travesía por la Av. 18 de Julio. A este ritual le siguen las famosas “llamadas” donde el estruendo de miles de tambores al ritmo del candombe se hacen sentir en la mayor fiesta de la comunidad negra uruguaya. Finalmente, durante todo febrero y parte de marzo las agrupaciones recorren los tablados barriales llevando su espectáculo al pueblo entero y afianzando el carácter popular de la fiesta. Además de las presentaciones en los barrios, las agrupaciones compiten en distintas categorías en el famoso Teatro de Verano. Murgas, Negros y lubolos, humoristas, revista y parodistas brindan un espectáculo único que sin duda es el grito del pueblo y refleja sus tristezas y alegrías. Cada año, referentes políticos y figuras artísticas reconocidas, nacionales e internacionales, se entremezclan con los miles de asistentes al Teatro de Verano para disfrutar un show que es para todos por igual. Se estima que en tan solo 6 semanas se venden más entradas que todos los demás espectáculos (culturales y deportivos) juntos.
¿Popular?
A pesar de la gran concurrencia turística internacional durante el periodo de carnaval, las calles de Montevideo están infectadas de carteles que anuncian: “Cerrado feriados de Carnaval”. Así es, con tal seriedad se toma el pueblo la sonrisa del carnaval. Los precios de los espectáculos de mejor calidad oscilan entre 20 y 60 pesos argentinos, por cada noche del Teatro de Verano se presentan 3 agrupaciones y un espectáculo fuera de competencia, que garantizan casi 5 horas de duración. Tres noches bastaron para estar informado de los temas que interesan al pueblo, desde los más preocupantes, como los paros de la elite de los trabajadores (contra el presidente Pepe Mujica), los más orgullosos, como la gran presentación uruguaya en el pasado Mundial de fútbol o más cotidianos como la prohibición del uso del S.U.N (Soy una novedad), el popular invento uruguayo de la resistencia que se enchufa en un extremo y se inserta el otro en el termo para calentar agua para el mate, o también el cierre de algunos Tablados por “ruidos molestos”.
Con semejante panorama y aún más expectativas es que la comisión directiva de nuestro Multimedios ya está pensando en una delegación para el 2012 de no menos de 6 enviados especiales a cubrir la más pagana, barrial e impresionante fiesta de nuestro sur americano. ¡Salud! A la barriada... ¡Divina Salud!
domingo, 5 de febrero de 2012
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